De aprietes, dudas y revisiones….

Miro las cuentas apilarse, una arriba de la otra, siempre creciendo la pila… Y me pregunto cómo puede ser que, habiendo siempre trabajado con dedicación y dando todo de mí, me pueda encontrar en esta situación…
De pronto, tengo la sensación de que todo lo que trabajé, creé, inventé, mejoré y puse el cuerpo durante todos estos años, no hubiera servido de nada; tengo que seguir viviendo como ‘de prestado’ («die auf Widerruf gestundete Zeit…»), llorando miserias y pidiendo favores, sin poder recibir lo que siento que me gané en buena ley.
Fueron muchos años de poner todo mi conocimiento, mi creatividad y mi capacidad de aprendizaje para …. — qué buena pregunta, creo que ni siquiera sé para qué; probablemente mi visión fue muy estrecha, no mucho más lúcida que la de cualquier otro trabajador que sólo ve una pequeña parte del todo, sin darse cuenta de cómo incide esa parte en el resultado total.
Creía que mi dedicación era valorada, sin embargo, me doy ahora cuenta que no supe hacerla valer lo suficiente; que ser buena persona y buen trabajador no necesariamente asegura éxito laboral; y que más bien, parecen dos conceptos incompatibles y, especialmente en el ámbito en que me toca desarrollar mi trabajo, pareciera que una buena persona no puede ser, por definición, buen abogado…
Dónde entran aquí los ‘aprietes’ del título? Bueno, justamente por ser tales, no pueden ser adecuadamente explicados. Amenazas, presiones intensas para desistir de derechos bien ganados, a riesgo de perder hasta lo poco que queda…
Creo que lo que más me cuesta asimilar en esta situación, es el darme cuenta de lo crédula que fui; y de cuánto me asusta la necesidad de ampliar mi base de clientes, algo sobre lo que no me entrené mucho previamente.

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